Paulina Vinderman es una poeta de la palabra y de la forma pura; tal vez por eso su obra ha lucido con cierto carácter extemporáneo desde su primera publicación, a fines de los años setenta. Su escritura, reflexiva y estética, tuvo entre sus primeras referencias, como ella lo señala, a autores como Edgar Bayley y Raúl Gustavo Aguirre. Este punto de contacto contribuye a una poética, de referencias mínimas, claras y relevantes, que encuentra siempre el momento de decir que la única forma en que la poesía puede hacerse es abriéndose y descubriéndose a sí misma.