«He conjurado en mi vida y en mis escritos el estigma puta, pero es el estigma maltratada el que no he visto venir, aunque impactara dolorosamente en mis entrañas. El estigma puta te deforma en mala mujer, el estigma víctima te rebaja a mujer derrotada. En castellano, solo se puede decir víctima o puta en femenino».
Tras el éxito de Devenir perra, Itziar Ziga recupera su inconfundible estilo iconoclasta. Un libro escrito desde el desgarro, la exploración de los recuerdos de infancia y la intención de reconciliarse con el pasado. Un diario íntimo y, a la vez, un ejercicio de sanación colectiva. ¡La diosa punk ataca de nuevo!
Itziar nos habla de una madre a la vez sometida y libertaria, que ama a sus hijas y también las descuida, que es desordenada y negligente. Qué maravilla de personaje, que no permite que el calificativo de víctima la defina en su total complejidad [...] En tan solo unas páginas nos colamos en el hogar de Maribel, mujer destinada a una vida feliz, tanto es así que la violencia no pudo derrotarla del todo.