Esta obra recupera el devenir de la fotografía, el espíritu creador de los actores clave para su evolución de la mano de las vanguardias de principios del siglo XX; su papal como objeto y medio para testimoniar hechos y vicisitudes cotidianos, hasta erigirse como obra de arte. La fotografía inmortalizó el instante y a sí misma con la complicidad del genio creador tras la lento: juntos rompieron ataduras del ojo convencional al impulso de las vanguardias y el resultado pervive en el arte, en el diseño y en la comunicación visual.