Como idea, la fotografía lleva mucho tiempo ligada a la de reproducir la realidad, de allí su relación conflictiva con el arte, pero también su relación difusa con la historia. Desde sus inicios, se han acumulado y difundido innumerables colecciones de "documentos" sin un fin específico y fue el trabajo del tiempo el que los ha convertido, finalmente, en "archivos", en objetos de una verdadera "fiebre" en la era digital. Mientras que la fotografía sirve a la historia, también, produce la crítica de esas historias recibidas. Así, el siglo XX descubrió que tenía una historia, o que formaba parte de ella, y era cuestión de pensar en su lógica y en sus límites. Entre la historia de la fotografía como medio, particularmente en Estados Unidos, y la historia, o contrahistoria, a través de las imágenes, este libro de François Brunet rastrea la compleja y contradictoria relación de la "noción de fotografía", como la llamó Paul Valéry, con la ciencia del pasado.