¿Está viviendo la Iglesia católica una de sus peores crisis a nivel mundial? ¿Se enfrenta realmente el cristianismo a un problema de vocación religiosa? ¿De que manera nos afectaría su desaparición? ¿Cómo puede resurgir un clero envejecido, con una estructura masculina anclada en el pasado?
Una serie de preguntas que inquietan incluso a quienes observan el cristianismo y la Iglesia católica desde el exterior. Para Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de SantEgidio y prestigioso historiador del mundo contemporáneo y de las religiones, crisis no significa necesariamente final, sino una oportunidad para abrirse al futuro, para renacer, sabiendo que el gran riesgo consiste en contentarse con sobrevivir o en añorar un pasado que se cree mejor. Hoy, la Iglesia está llamada a una condición de lucha, esta vez no contra enemigos externos, sino contra la indiferencia y el descredito.