La globalización neoliberal no es un proceso que acorta el mundo porque elimina las fronteras. Lo acorta porque, con su capacidad de destrucción, cada vez deja menos mundo ajeno a su mirada. Si el socialismo de los siglos anteriores buscaba que la mano de obra dejara de ser una mercancía, el ecosocialismo de hoy incorpora la sustentabilidad. La naturaleza no es una mercancía. Si el socialismo del siglo XX manejó la tesis de la abundancia, el socialismo del siglo XXI trabajará con la tesis de la mesura. No se trata de la austeridad que señala el neoliberalismo para el gasto público. Se trata de la sobriedad de una vida no urgida por un consumo que no se responsabiliza de sus consecuencias.