Con lo único que se puede contar cuando se asiste a un concierto de música tipificada como contemporánea, moderna o nueva, es que hay poco con lo que se puede contar. Los desestabilizadores conflictos militares, los levantamientos sociales y los avances tecnológicos que ha conocido el mundo desde finales del siglo XIX hasta nuestros días abrieron en el ámbito de la música un sentido de posibilidad, que es el que se propone explorar este libro. El autor muestra cómo la multiplicidad de estilos musicales puso en cuestión ideas asumidas tradicionalmente en torno a la práctica compositiva, los límites entre música y ruido, o la relación entre compositor, intérprete y espectador. Asimismo pone de manifiesto cómo los compositores y sus obras han desempeñado un papel importante a la hora de definir las ideas de nación, raza y género, así como de configurar el mundo moderno, para bien y para mal. Una completa visión de conjunto que, desde perspectivas poco habituales, permitirá al lector comprender y apreciar en su justo término una de las épocas más complejas, polémicas y fascinantes de la historia deba música, que sigue estando en plena ebullición.