La técnica es en cierto sentido antropológicamente universal. En cuanto extensión de los órganos y exteriorización de la memoria, es inseparable de la comprensión del ser humano como especie. Pero la universalidad es solo una de sus dimensiones. La célebre conferencia pronunciada por Heidegger en 1953, "La pregunta técnica", inicia un desplazamiento fundamental: la esencia de la tecnología moderna es, antes que un universal antropológico, una consecuencia de la metafísica occidental. En otras palabras, la reducción del mundo a la condición de recurso para el ser humano es el resultado de la antítesis entre naturaleza y cultura que gobierna Occidente desde el siglo XVIII. ¿Es posible pensar en múltiples técnicas, que sean diferentes entre sí no solo en términos funcionales y estéticos, sino también ontológicos y cosmológicos? Para el filósofo chino Yuk Hui, la técnica es siempre cosmotécnica, pues deriva de la cosmología que le da coherencia y sentido a la comunidad de la cual surgió. En línea con la búsqueda de la tecnodiversidad presente en los ensayos de "Fragmentar el futuro", este libro explora la historia del pensamiento chino para intentar encontrar antídotos al programa de modernización tecnológica occidental.