Estos poemas son parte de la obra de la académica y periodista Rosa Alcayaga. Su letra pone en crisis lo que parece ser usual. Lo escribe tal como lo habla. Lo atraviesa en su atemporal, libre e híbrida poética, que se desmarca de reglas y burla con elegancia las estructuras. Así recoge el aullido de las dueñas de casa, de las pobres, de las migrantes, de las semidiosas apedreadas. Ella y su corazón robusto ametrallan contra toda autoridad. Sobreviviente de la dictadura, joven luchadora de otro Chile, declara: Treinta años atrás, aspiraba a ser heroína. Treinta años después, quiero que el mundo no me cambie.