Autora fundamental, tan genial como personalísima, y con una escritura obsesionada por dar cuenta tanto de las sensaciones corporales como de las penas, los anhelos, y los vaivenes mentales de sus personajes, Deborah Eisenberg dedica un año entero a la escritura de cada uno de sus relatos. Un cuento de Eisenberg nunca es solo un cuento, sino más bien una condensación de múltiples capas y dimensiones textuales; una entidad que, a fuerza de maestría, en su densidad reluce con un brillo único y con una tersura tan simple y tan compleja como la vida misma.
Con La venganza de los dinosaurios Chai completa la selección de sus mejores relatos. Peligros como estos retrata la enmarañada amistad, ambivalente pero al mismo tiempo inevitable, de dos jóvenes en Nueva York; Cómo era verse con Chris aborda desde la inocencia cuestiones inquietantes; El robo profundiza sobre el desencanto de la adultez; Sirenas narra, desde una mirada infantil, cómo se hace pedazos una familia; La venganza de los dinosaurios disecciona la complejidad de los vínculos familiares; quizás El crepúsculo de los superhéroes sea el mejor cuento sobre el 11 de septiembre jamás escrito