La escritora de telenovelas más exitosa de El Monstruo del Entretenimiento cree que la muerte le ronda y decide pausar su carrera para organizar sus funerales («esos días planeando mi muerte fueron de los mejores que me dio la vida») y para escribir una novela de verdad: Historia de una mujer sin nalgas. Como sabe que nadie creerá en sus motivos ni en su decisión, busca ganar tiempo jurando que tiene cáncer: «En las chichis, pero ya está muy avanzado, ya me llegó a los huesos, mentí». Así intenta escribir diferentes historias que se conviertan en su novela, donde la enfermedad, la deformación, la fealdad, la pobreza, la desilusión y la proximidad de la muerte machacan a sus personajes, para luego rematarlos con la suntuosidad de sus opuestos: «Da vergüenza ser sirvienta; hubiera preferido ser puta... ellas siquiera tienen tarifa». Secretarias, enfermeras, esposas abandonadas, sirvientas que escuchan voces, son mujeres que, al igual que la protagonista, buscan un último ajuste de cuentas con la vida. ¿Lo conseguirán en este libro de cuentos disfrazado de novela, o novela que abraza una excepcional decena de cuentos? Lo único cierto es que todas tienen la fortuna de que sus historias salgan de la exquisita pluma de Fabiola Sánchez Palacios, que puede ir del humor negro y retorcido a la poesía más contudente: «¿Cómo pensar en el amor cuando tengo el pecho hirviendo de resentimientos? Sí, el amor que se me fue pudriendo. Ese amor tan gastado, ese del que a mí sólo me quedó una mancha de sangre seca tiñéndome la piel. Sangre que no hiede, que ya no tiene temperatura, ni poder, pero ahí está, ensuciando mi pecho para siempre».