La Europa del siglo XX contienen campos de concentración en su territorio (Grecia e Italia son las zonas cero de esa barbarie) y financia campos fuera de sus fronteras (Turquía, Libia o Níger, que sepamos).
Estos diarios personales desde el campo de concentración de Vial, en la isla griega de Quíos, son el testimonio de la barbarie europea, de unas sociedades y unos gobiernos en los que la política post-Auschwitz no parece haber mudado las formas de segregar, animalizar y provocar sufrimiento a las y los Otros.
Este texto colectivo es fruto del compromiso de mujeres que entienden que los "papeles" no son importantes, que la humanidad debería ser un valor defendido con radical militancia y que denuncian a un sistema violento en todos sus extremos: el legal, el administrativo, el policial, el cultural...