¿Cuál es la distancia de esta Larga distancia? Es una que interfiere en el núcleo mismo de los afectos y de los vínculos: una pareja, una familia, una colectividad. En aquello que los separa a la vez que los mantiene unidos. En aquello que los aleja, precisamente porque se sienten cerca. Pero en la escritura de Tali Goldman, en su tono y en su destreza, hay algo más: es ese aire de humor que se percibe incluso, o sobre todo, cuando hay desdicha, cuando hay dolor. Cierta forma del humor: ¿y qué otra cosa, sino eso, suscita una colectividad? ¿Qué otra cosa, mejor que eso, define a "la" colectividad?
A veces se escribe Dios, a veces se escribe dios, a veces se escribe Di*s. En estos cuentos aparecen las tres variantes: la de la mayúscula, la de la minúscula, la de lo inescribible. Porque a veces hay una ley que se impone, reglas atávicas que hay que cumplir. Pero también, y al mismo tiempo, la evidencia de que las vidas transcurren a partir de las desobediencias, de salirse o transgredir. Y a todo eso subyace, con una sutileza admirable, lo que no se dice o no puede decirse, un sustrato de silencio, de secretos o de olvidos. La mejor literatura sabe siempre situarse ahí.