Las mil naves aborda la guerra de Troya desde una perspectiva absolutamente inédita: muchos siglos después de la composición de los poemas homéricos, la musa Calíope, insatisfecha con el vate, decide tomar la voz de nuevo para reescribir la historia a su manera y referir los hechos desde el punto de vista de las mujeres atrapadas en el conflicto, sometidas a la voluntad de los dioses, conscientes de haber perdido a la vez la libertad, la esperanza y la familia. En mitad de la noche, una joven solitaria corre a través de una ciudad envuelta en llamas. Fuera de sus murallas, la reina Hécabe y sus súbditos aguardan un futuro incierto. Es la caída de Troya. Diez interminables años de contienda han llegado a su fin, mientras que las aventuras de los protagonistas inspirarán la imaginación en siglos venideros. «Canta, musa», invoca Homero al relatar las hazañas de los héroes. Pero Calíope, la deidad de la poesía épica, no está dispuesta a transigir con esa versión, convencida de que no todo ha sido explicado, de que falta un elemento fundamental, ligado a las figuras femeninas, para completar el fresco. Aquí encontramos a Andrómaca, Casandra, Pentesilea o Clitemnestra, que pasan a un primer plano, con sus pensamientos, las complicadas implicaciones psicológicas de sus elecciones, la sed de venganza, la soledad y la dignidad ante la muerte.