Desde el inicio de su trayectoria, Heidegger establece que lenguaje y ser han de abordarse paralelamente, esto es, que el lenguaje forma parte del repertorio de cuestiones que incumben a la metafísica. El tema de este libro es la relación entre el lenguaje y ser, desarrollado a partir del esquema ontológico que inaugura la pregunta heideggeriana por el sentido del ser.