Este libro tiene simples y bellas ilustraciones, que permitirán a niños y niñas conectarse con la esencia del mensaje que la autora busca transmitir: debemos aprender del árbol a dar, a compartir, sin esperar nada a cambio. El árbol durante su vida da refugio y alimento a los animales, sombra y frutos a las personas; y finalmente se termina dando por completo: es la leña que alimenta el fuego para darnos calor, luz y la posibilidad de un encuentro cálido con otros. Dar y darse por y para otros es un aprendizaje inmensamente necesario en esta época de extremo individualismo. El libro termina interpelando al pequeño lector respecto a qué es lo que podemos compartir.