Desde hace un buen tiempo, la escritora argentina María Moreno tenía entre sien y sien esa palabra, ese lugar, Loquibambia: Era un retintín mental que irrumpía en las ocasiones más serias, como la de escribir un manifiesto contra el Gobierno o argumentar a favor del aborto legal, libre y gratuito. La hacía pensar en un país mítico y feliz como el de Jauja, cuya locura se asociara más bien a las locas: un país que fuera una isla voladora y sin fronteras, una especie de asentamiento transnacional que se fuera instalando al azar por sobre mar y tierra, una patria portátil para los disidentes sexuales. Justamente ese país improbable más allá de la imaginación es el núcleo aglutinador que da cuerpo a este libro de la destacada cronista trasandina, que reúne una serie de artículos escritos en las últimas dos décadas.