El momento actual de América Latina es una encrucijada compleja, debido a una conjunción de fenómenos económicos, ambientales, políticos, ideológicos, culturales, sociales y sanitarios. La pandemia de COVID-19 ha dejado a la vista como pocas veces antes la urgencia de superar las inequidades y desigualdades, a partir de una tarea colectiva. Es la oportunidad para esbozar un nuevo contrato social que permita la construcción de un mundo más justo, alejado de la narrativa neoliberal que se impuso a partir de los años ochenta. Las ciencias sociales deberán adquirir un papel protagónico en el diseño de las nuevas comunidades emanadas de la pandemia. Sus herramientas resultarán fundamentales para orientar la toma de decisiones de los gobiernos, para repensar políticas públicas estructurales y para esbozar una propuesta colectiva en la región.