Los espacios geográficos, étnicos y culturales que nos aíslan e instalan entre un pasado colonialistareligioso y un presente sincrético huilliche, son aquellos lugares en los que habita el poeta. La fisonomía cultural de Melissa Castillo, dialoga sutilmente entre la épica feroz del progreso y la conciencia de la fragilidad cultural de la memoria. Un conflicto poético entre una identidad intervenida por la modernidad y un paisaje interior en armonía con los fiordos de la infancia y las personas que ahí habitan.