Detrás de la historia del cine invisible hay una larga crónica de incendios, desastres y, sobre todo, desidia a la hora de conservar el patrimonio cultural. Es muy difícil calcular la cantidad de películas perdidas. Algunos estiman, por ejemplo, que de la época del cine mudo ya no se pueden ver cerca del 90% de las cintas producidas. Muchos de estos títulos se han convertido en obras de culto, como La casa del horror (London After Midnight de Tod Browning, 1927) o El día que el payaso lloró (The day the clown cried de Jerry Lewis, 1972).