Articulado en tres bloques, la propuesta de este libro es hacer un repaso de los enfoques, tanto de los teóricos como de los artistas más relevantes en la actualidad, frente al viejo problema de la relación entre el arte y la política, desde después de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, para poder revisar el debate en el contexto de un mundo saturado de imágenes. No se trata de revisar las prácticas artísticas de los modernos desde una mirada política que no tenga que ser forzosamente destructiva, ni de hacer una cartografía del arte de las últimas décadas poniendo sobre la mesa sus posiciones, con sus aciertos y sus contradicciones. Se trata, más bien, de revisar la posibilidad de una mirada política desde el arte hacia nuestro contexto. El arte no es la política, efectivamente, pero quizá sí tiene algo que ver con lo político, quizá todavía tiene algo que decir en ese terreno, sin prisas.