La poesía siempre estará allí, lista para saltar sobre lo urgente. Cuando el horror nos pasma y nos deja sin saber qué decir, algo siempre saldrá de la boca del poema, incluso aquello para lo que todavía no hay un discurso organizado. O justamente para aquello. Vendrá a iluminar (nos), aunque, como dice Diana Bellessi, no siempre lo que te ilumina te da refugio. A veces te deja en la intemperie absoluta. Nadine camina en el filo de esa urgencia, así como las mujeres que pueblan los poemas: la propia Nadine, Lana, Antonita y todas las otras sin nombre, todas nosotras, caminamos ahora sobre el filo de la historia tratando de torcerla. En esta intemperie sin fin no estamos solas, a nuestro lado caminan las muertas. En ese mismo plano donde vivas y muertas nos confundimos, nos hermanamos, hablan los poemas de Luiza Romao: somos milhares / e decidimos parar / mortas do mundo uni-vos.