Estos poemas siguen avanzando por la carretera, aprendiendo a conducirse.
Estos poemas aún están tibios, con el calor tangible de un abrazo reciente.
Poemas sin consagrar compatibles con cualquier lengua, porque saben mejor las ostias caseras. Y saben cómo lidiar con los fantasmas y otros aparatos que se comunican con nosotrxs cuando estamos prestxs a ver. Como cuando nos abriga la sensación de ser parte de un mundo donde el cosmos también es una flor, y recordamos que con pequeños gestos y algunas palabras estamos cambiando el tiempohasta hacerlo nuestro.
Tilsa Otta