Para avanzar, necesitamos practicar un doble ejercicio. Por un lado, tantear el terreno, reconocer la realidad por desagradable que sea, sin concesiones pero incluyendo también nuestros errores e insuficiencias. La otra tarea consiste en potenciar lo que ya somos, los espacios y potencialidades de los mundos otros, no capitalistas ni patriarcales ni coloniales. En suma, resistir y crear, resistir creando, porque necesitamos espacios propios (de los pueblos, de las mujeres, de las más diversas opresiones) para fortalecer las resistencias.