En América Latina la revolución mundial de 1968 comenzó en una fecha precisa: el 1 de enero de 1959, con el triunfo del pueblo cubano contra la tiranía de Fulgencio Batista. La revolución cubana fue un sacudón gigantesco para la región, tanto para los sectores populares como para los jóvenes de las clases medias, que reaccionaron con entusiasmo al ingreso del ejercito rebelde en la habana. lo fue también para las oligarquías y las burguesías criollas, que por primera vez en mucho tiempo contemplaron, con estupor y temor: la gesta de los desposeídos:la reforma agraria y la nacionalización de las grandes empresas, así como la dignificación de los trabajadores, los campesinos y los pobres en general.