Pantalones azules es una novela de apariencia engañosamente simple. Como ha señalado Leopoldo Brizuela, cincuenta años después de su primera publicación «se revela como el recuento de un proceso infinitamente más sutil» que un encuentro
de amor imposible, clave en la que fue leída por sus
contemporáneos. Por el contrario, Pantalones azules es una historia de múltiples desengaños: los de Alejandro, el joven protagonista de familia bien, católico y antisemita, que encuentra los límites de sus convicciones al conocer a Irma, una inmigrante de madre judía que ha perdido a sus padres en la guerra europea; los de Irma, que recibe de Alejandro no la compasión sino la brutalidad inhumana de aquellas convicciones; los de Elisa, la novia virgen de Alejandro que debe decidir su posición en la estructura familiar patriarcal y asumir o no su rol de futura esposa sometida a las violencias tácitas de su prometido. Pero más aún que una historia de amor y desengaño, Pantalones azules es una representación prodigiosa, por su frescura y su vitalidad, de las distancias que median en un mismo tiempo y lugar entre grupos sociales, culturas, generaciones y géneros. Ejemplo cabal de la extraordinaria capacidad de Sara Gallardo para dar vida a sus personajes con sabiduría, humor, algo de malicia y una sorprendente economía de recursos, esta segunda novela de la autora amplía también su mirada sobre el paisaje: el campo, la ciudad y el río se encuentran representados aquí con una justeza inusual, posible solo en quien ha sentido el paisaje y el lenguaje como una amalgama única, característica definitiva de sus obras.