«Disparan primero contra la chica blanca. Con las demás pueden tomarse el tiempo que quieran».Así empieza Paraíso, con esta horrible escena de violencia. El pueblo de Ruby, Oklahoma, se fundó en los años cuarenta por descendientes de esclavos liberados y supervivientes de un éxodo hostil. Esta comunidad patriarcal está erigida sobre los cimientos de la justicia, el respeto mutuo y el amor al prójimo. Pero en los setenta esos valores han sido sustituidos por el miedo. El paraíso terrenal que se habían construido se estaba desmoronando. El chivo expiatorio se encuentra solo a veintisiete kilómetros de distancia, en El convento, una mansión abandonada ocupada por cuatro mujeres desesperadas, también hijas de exiliados. Sobre ellas cae el dolor, el terror y la rabia asesina de nueve hombres ciudadanos de Ruby.