Las pintadas son la manera de referenciarse ante la sociedad de personas y colectivos muchas veces ignorados, excluidos o señalados. Expresiones que forman parte de la representación de la comunicación ciudadana en ese escenario del mundo del que todas y todos formamos parte y en el que debemos actuar y ser protagonistas de las necesarias transformaciones de la sociedad con nuestras narraciones y expresiones.
No pretende ser un libro para ocupar y derribar paredes, sino para que los textos y dibujos de esos mismos muros queden reflejados para gritar con ellos, para que tengan, además de en las bibliotecas, un lugar en el imaginario y un espacio en la memoria que nos permita recordar que las paredes comunican, que la comunicación, igual que la belleza, está en las calles y en las gentes que las viven y las pintan.
En este texto se juntan la mirada al antes y al ahora de la historia artística de las paredes y sus grafitis de Andrés Gaitán; las confesiones grafiteras que nos dejan en sus entrevistas DJLu/Juegasiempre y Toxicómano, dos activos artistas de las paredes; el lenguaje grafiticante de Luis Keshava Liévano, un histórico grafitero colombiano; el análisis de los discursos hegemónicos del graffiti de Carmen Aguilera-Carnerero; la lectura de Johanna Ramírez sobre el asesinato del joven Diego Felipe Becerra, Trípido, para que no ensucien su nombre; las declaraciones del colectivo La Plaga sobre las expresiones en los muros de los espacios públicos de Neiva; las reflexiones sonoras de Carlos Charly Novoa y su percepción de la realidad desde lo sonoro a lo visual, o la visión del coordinador del libro sobre sus maneras de ver a lo largo de años de registrar pintadas y su apuesta personal por los grafitis como mediAcción visual con la metamorfosis social que conllevan, todo ello desde las fotografías que los recogen y documentan. Para abrir boca, el prólogo de Omar Rincón y su mirada a esos espejos que son las paredes bogotanas y que nos rebotan las contradicciones que nos habitan.