Este libro apunta a participar en los debates filosóficos de las Américas desde una mirada sobre temas y desarrollos de la filosofía en el África subsahariana. Es tal la radicalidad de la destrucción colonial, que la producción filosófica que aborda los problemas del África subsahariana puede ser un referente, un punto de partida, una inspiración y un modo de evaluar los desarrollos de la filosofía americana. Y decimos África subsahariana, en referencia a lo que la literatura, la propaganda turística del siglo xix llamaba el continente negro. Aparece como el lugar más recóndito, la última geografía física a dominar y por ello es el territorio donde los efectos del imperialismo son más recientes, así como los resultados de los procesos post-coloniales.
La recuperación de la filosofía de los pueblos originarios, el debate contra el evolucionismo de la filosofía de la historia del siglo xix que ubica siempre a África en los orígenes naturales, las políticas identitarias en abierta oposición a los multiculturalismos liberales blancos y paternalistas, la búsqueda de modos de producción y de figuras políticas propios de pueblos occidentalizados violentamente forman parte de las preocupaciones de estos ensayos que merecen llamarse urgentes. ¿Podremos conocernos para dialogar sin la mediación de la cultura europea que ha hecho de los otros, África y América, únicamente el lugar de la barbarie?