Este ensayo fundamental sobre los años setenta recupera parte de una memoria ineludible: qué hicieron y qué no hicieron los militantes de esos años en relación con el estallido de violencia que terminó por destruirlos. Esta pregunta implica reconocer que, más allá de la innegable responsabilidad del poder militar, desaparecedor y concentracionario, todavía hay zonas que deben ser analizadas, como el rol de los partidos políticos y sus líderes, y la conformación y las prácticas de los grupos guerrilleros.