Tras una conversación con un posible asesino se plantean tres preguntas básicas para confrontarlo:
Si supieras que van a asesinarte, ¿qué le dirías antes a tu homicida?
Si te diera la oportunidad de despedirte ¿de quiénes lo harías y qué les dirías?
Para finalizar,
¿Te atreverías a darle voz a otras mujeres que callan sus injusticias?
En este último capítulo me atrevo a darle voz a ciertos grupos de mujeres. En él, habla una mujer flaca, una mujer gorda, una mujer indígena, una mujer trans, una mujer negra, una mujer buscadora, una mujer con discapacidad o algún trastorno mental, una mujer en situación de calle y una mujer que se dedica a la prostitución.
"Desde este lado, por si me matas, te digo que soy la niña que tocaron sin su consentimiento, a la que le dejaron una galaxia patas arriba con las manos queriendo alcanzar la paz, soy también la que vio y tuvo que callarse, porque sabía que después de una palabra dicha, sería una más en la temida lista que tanto se ha dedicado a horrorizar nuestros caminos. Soy la que anda con el miedo engrandecido, mientras sabe, supone o imagina que será la próxima. Soy la que conoce el acoso como el hambre de cada día, a la que le han dicho pasado de diez veces que se calle, la misma que ahora te dice: nunca más".