A partir de un riguroso análisis del pensamiento occidental de los siglos XV al XVI, este libro logra repensar desde el siglo XXI la naturaleza de los testimonios que nos dejaron los supuestos testigos de la conquista. Como resultado, la omnipresencia de presagios y profecías se vuelve problemática, sobre todo si se considera que tales narrativas no son más que partes necesarias de una retórica occidental que justifica a posteriori la toma de poder de estas regiones.