Para Giddens es indudable que resulta legítimo y necesario seguir hablando de "ciencias sociales", y su construcción está principalmente atravesada por dos compromisos morales de base: revisar y reconstruir la teoría social que otorga soporte a las ciencias sociales en general con el objeto de estipular la responsabilidad ético-política que las mismas poseen respecto de la sociedad, y, en ese mismo acto, redefinir el concepto de sujeto, respetando la dignidad y la autonomía práctica y cognitiva que lo caracterizan.