Putos de fuga.ar es ante todo fuga. Pensar errante, nómade, que escapa del cerco de los territorios y los códigos oficiales para fundar, quizá otros dominios deseables. Supone una cartografía política e implica un derrotero fortuito y transversal: transversalidad fugitiva. Una fuerza que atraviesa en diagonal los ámbitos del lenguaje para buscar puntos de salida capaces de horadar el muro de los dualismos rígidos, las certezas burocráticas, las identidades sedentarias. Resquicios que permitan escapar del control del sentido único y habilitar la emergencia de un deseo liberado de toda represión individual o social (lo diversamente deseante). Esta irrupción tiene, obviamente, un sentido político: la evasión significa por un lado, el desacato de lo pautado por las instancias del poder; por otro exige posiciones diferentes, contrahegemónicas.
Entonces, ¿el desafío de una memoria abierta a los puntos de fuga de la diferencia, de la alteridad, la memoria colectivo-popular supone criticar los panteones heredados para hurgar en el barro y la sangre sobre los que fueron erigidos?
Ticio Escobar