Las mujeres que escriben estas cartas son laicas católicas con alguna relación con los religiosos franciscanos de la Orden de Frailes Menores (Convento de Guadalupe, Zacatecas), ya sea que fueran sus confesores, familiares o sacerdotes allegados y apreciados por sus familias. El contenido de esta correspondencia otorga una mirada a la vida cotidiana en un siglo de permanentes guerras, así como la perspectiva femenina hacia los hechos históricos, las visiones del mundo, la vida cotidiana, su relación con los frailes, la percepción de sí mismas y su autorreconocimiento en el siglo XIX.