El gran mérito de Jorge Cafrune es haber logrado poner en voz el cancionero de Atahualpa Yupanqui, de Jaime Dávalos y tantos compositores de la Argentina profunda, desplegando eficazmente una ritualidad anclada en la tradición gauchesca. Su figura pública y privada se ofreció compacta y sin fisuras: la performance del gaucho retobao encarnó a destiempo, en un siglo que supo hacer de la payada una gran orgía de sangre. Quizá porque toda muerte es absurda y es empresa humana llenarla de sentido, el mito del cantor del pueblo creció junto a la certeza de que su muerte , acaecida a comienzos de 1978, había sido decretada por los militares porque su voz entonaba verdades que precisaban con toda furia acallar. Pero, ¿cuánta verdad cabe en ese mito? ¿Cómo fueron los últimos días de Jorge Cafrune?
Esta investigación que comienza con una pregunta retórica intenta horadar más que los hechos en sí, en ese magma de significaciones que acompañan la leyenda de una muerte y que encuentran en la canción militante de una década radicalizada el rico material donde abrevar.
Jimena Néspolo dirige desde 1999 la revista Boca de Sapo. Arte, literatura y pensamiento (www.bocadesapo.com.ar). Como periodista, colaboró además en los diarios Página 12 y Perfil (de Argentina), y en las revistas Letra urbana (Miami), Letras libres (México), Quimera (Barcelona) y The Brooklyn Rail (New York). Publicó varios libros de poemas y los ensayos Ejercicios de pudor. Sujeto y escritura en la narrativa de Antonio Di Benedetto (2004) y Tracción a sangre. Ensayos sobre lectura y escritura (2014). En 2011 su novela El pozo y las ruinas fue seleccionada por el diario El País (de España) como una de las novedades editoriales destacadas del año.