La histórica victoria de Kathryn Bigelow en los Oscars de 2010 generó numerosos debates sobre por qué, entre las directoras nominadas en la historia del cine, fue ella la que consiguió traspasar el metafórico techo de cristal y por qué fue precisamente su película, The Hurt Locker, la que resultó galardonada. Tanto el género sexual de la directora como el género de este filme fueron cruciales en estos debates.