Fiel a su título, Ritual de excesos, este libro es un exceso más, sometido a la coreografía del rito. Entre esas dos obsesiones, la de los ritos y la de los excesos sexuales, entes que de ninguna otra clase, Iliana Godoy desboca, desata o desborda una fiebre narrativa que algo tiene del delirio y del desorden de una creciente. Con un lenguaje que pasa de la intención lírica a la procacidad, sus historias exploran la sexualidad descarnada de sus personajes gente de todos los días en un mundo desolado en el que sigue afanosamente las raíces de nuestro más remoto pasado para mostrarnos que es también nuestro presente.