«Jack se queda a cargo», dijo su madre antes de desaparecer carretera arriba en busca de ayuda. «No tardo nada». Jack, de once años, y sus dos hermanas pequeñas se quedan dentro de un coche averiado y asfixiante, peleándose, lloriqueando y jugando a Veo veo mientras esperan a su madre. Pero, aunque salen a buscarla, esta no vuelve. Y después de ese día de verano largo y caluroso, ya nada será igual. Tres años después, al otro lado de la ciudad, una mujer llamada Catherine While se despierta y encuentra una navaja junto a su cama con una nota que dice: «Podría haberte matado». Aunque la policía está buscando a un misterioso ladrón al que llaman Ricitos de Oro por su costumbre de dormir en las camas de las casas en las que roba, Catherine no le ve sentido a avisarla o a preocupar a su marido. Mientras tanto, a sus quince años, Jack sigue a cargo de sus hermanas. Su padre ha desaparecido, y él se ocupa de alimentarlas y de que nadie sepa que están solos en casa. Y, cuando accidentalmente descubre la misteriosa navaja, es posible que esté a punto de averiguar quién mató a su madre. Pero la verdad puede ser peligrosa...