«El camino que nos disponemos a iniciar está plagado de cambios en los diagnósticos y en las expectativas sociales en relación con los sexos; marcado por una reescritura constante de la interrelación entre las instituciones, los cuerpos, los sexos de las personas, lo que ahora llamamos género, y las orientaciones del deseo. Reescrituras que buscaban, a su vez, imponer el marco masculino/femenino a los cuerpos disidentes. Pero, ¿bajo qué criterios médicos se han estado dibujando las difusas fronteras que definen y delimitan este binomio? Y más importante aún, ¿por qué llegó un momento en el que fueron necesarios?, ¿a qué orden social responden, en último término?»
«Hablemos de hormonas. Hablemos de genotipos. Hablemos de diversidad. De esa diversidad a la que se le contrapone una «normalidad» que a menudo llamamos «realidad biológica». Por eso me parece tan acertado recalcar la «ficción del binarismo». Porque la ficción se contrapone a la realidad, disfrazada de naturaleza.» [del prólogo de la santamari(c)a]