Tienes en tus manos un aullido, un grito, una molotov. Si buscas un poema de oropel no lo encontrarás en estas páginas; lo que sí hallarás son palabras de amor feroz y ternura radical que son necesarias para sostenerse en estos tiempos; aunque advertimos: la incomodidad va de por medio.
Zaría Flores Abreu es una escritora sin máscaras, ni reparos, es una autora que ha mutado en cuerpo, piel y mente y, por lo cual, sus palabras son mutantes también. Este ejemplar es una apuesta máxima de quien ya no tiene nada que perder, nada que demostrar o callar.
Atreverse a labrar espacio creativo y estético en las púas, en el filo de las cuchillas o el alambre sobre el abismo es un acto de valentía y generosidad encabronadas. Valentía porque quien sabe de la existencia de la caída usualmente utiliza su aliento para sostenerse de cualquier cosa, aunque sea momentáneamente, y Zaría, por el contrario, en sentido opuesto siempre, nos muestra sus ojos abiertos, su mirada fija mientras va registrando la densidad del abismo, el tiempo del derrumbe, la temperatura del descenso; valentía es hacerse de la voz durante el desplome. Y la generosidad se da en automático al ser valiente, porque al compartir & registrar los datos de su propios colapsos, Zaría nos regala la posibilidad de ver los propios también de frente, en plena desnudez y vulnerabilidad, sin juicio, ni vergüenza, en completa honestidad y comunión con nuestras grietas, abriendo un metro cuadrado para aceptar el cansancio y descansar.