El orden del Estado-nación eurooccidental se basa en la raza y esa obsesión por la pureza, por la homogeneidad social, es una herencia directa del brutal régimen de exclusión que establecieron los reyes Isabel y Fernando y que culminó con la expulsión de los moriscos en 1609. Los moros, tal y como defiende Anouar Majid, se convirtieron desde 1492 en el otro que amenaza y justifica, en el prototipo residual de gitanos, indígenas americanos, africanos, judíos, hispanos y, en general, de los indeseables de Occidente. En este apasionante ensayo, el autor profundiza en la construcción de las minorías como chivos expiatorios, como infieles al santo cuerpo de la nación y explica como hay que entender el legado de la España en construcción de los siglos XV, XVI y XVII para comprender la pasión por el genocidio como un fenómeno únicamente europeo, nacido de la amalgama de la religión y la política en el orden mundial postandalusí. Es tiempo de repensar la otredad, de eliminar al espectro del moro de nuestra conciencia y abrazar las diferencias que nos enriquecen a todos y todas. Para hacerlo, es preciso entender cómo se construyó ese arquetipo del otro, ese espectro terrible del moro que aún hoy se traduce en islamofobia y en la exclusión permanente de todo migrante que no coincida con el arquetipo racial blanco.