El objetivo de este trabajo no es más que mostrar que las fuerzas capaces de hacer lo necesario para afrontar el colapso sistémico, del cual la pandemia es la punta de iceberg, ya existen porque se han ido formando mientras se va desplegando el desastre. No tengo dudas que son aún insuficientes, que les falta recorrer un buen trecho para estar en condiciones de sobrevivir a la tormenta que se nos viene. Pero existen. Son luces que alumbran nuestros andares y son, aunque no les guste a los estadocentristas, la luz al final del túnel.