El discurso pronunciado por Olga Tokarczuk para la aceptación del Premio Nobel de Literatura 2018, nos ofrece una lectura lúcida para nuestro tiempo, sensible y a la vez sagaz en la contemplación del mundo y el espacio universal de la cultura, y sintetiza peregrinamente su mirada sobre una tierna narrativa, convirtiendo sus palabras en un potente llamado a humanizar el arte, la vida y las formas de nuestras narrativas.
Junto con desentrañar el oficio de la narrativa a través de una sensibilidad acogedora, Olga expone los problemas del mundo contemporáneo sin complacencias proponiendo al lector una suerte de ejercicio de su propia experiencia.