Ganadora en 2020 del National Book Award de Literatura Traducida, Tokio, estación de Ueno es una fábula demoledora sobre la supervivencia en las ciudades y la descomposición de la familia. Una mirada implacable a la existencia de los estratos más vulnerables de la sociedad y de la gente que subsiste en los márgenes de las megalópolis.
Kazu nació en Fukushima en 1933, el mismo año que el emperador japonés, y su vida se ha visto siempre ligada a la de la familia imperial. Ahora su espíritu no puede descansar y se ve condenado a vagar por el parque que se extiende junto a la estación de Ueno, en Tokio, porque ese lugar marcó su existencia y fue el escenario de su muerte. El parque fue lo primero que vio al llegar a Tokio para trabajar como peón en los preparativos de los Juegos Olímpicos de 1964, y también fue allí donde terminó sus días, como uno más de los muchos desheredados que lo habitan, traumatizado por el tsunami de 2011 y enfurecido por el anuncio de los Juegos de 2020.