A medida que avanzamos en la tercera década del siglo XXI, los constantes movimientos migratorios de la globalización dejan patente que vivimos en un mundo híbrido donde cada palabra es un diálogo de escrituras, y las escrituras suscitan inagotables interrogantes. Partiendo del espacio contemporáneo, un espacio literal y metafóricamente fronterizo y heterotópico, donde tantas veces se habla del otro sin el otro, este libro analiza cómo se gesta la íntima relación entre lenguaje, sitio e identidad. Será ese espacio el que reflejará el lenguaje de los escritores translingües, aquellos que no se expresan necesariamente en la lengua del lugar que les vio nacer; escritores de pertenencias múltiples, de identidades líquidas, de archipiélagos criollizados. Escritores desterritorializados, nómadas, que nos recuerdan que el lenguaje es muchos lenguajes, que cada uno de nosotros somos portadores de múltiples voces, que cada palabra trae consigo huellas de otras vidas. Adentrándose en lo particular, la autora se fija en aquellos autores latinos que defienden a través de su escritura una manera de vivir fronteriza, entre culturas, más allá del monolingüismo, que subraya la infinita riqueza de lo mestizo. Es un lenguaje subversivo, híbrido, tropicalizado, en constante vaivén entre lenguas y culturas, porque los escritores que nos ocupan son vidas que se experimentan traducidas, siempre lejos de meras relaciones binarias entre los signos de una y otra lengua. Traducir a estos escritores-traductores se convierte, como mínimo, en un reto apasionante.