En noviembre de 1864, Marx y Bakunin se reunieron por última vez en Londres. Su amistad era precaria, sus teorías del socialismo eran opuestas, ambos competían por el liderazgo de la Primera Internacional, pero cada uno seguía considerando al otro como un posible aliado en la lucha contra la burguesía.
Con el tiempo se convertirían en enemigos acérrimos; pero este encuentro en Lonstres fue a los ojos de ambos un éxito. En estre diálogo Maurice Cranston ha intentado reconstrudir su intercambio de ideas.