Sólo cuando entendemos que los derechos son el fin, es decir, que un vida digna es el fin de toda acción pública, podemos interiorizar que toda decisión, hasta la de aquellas obras de cemento puro y duro como una vía, un puente, un programa de vivienda, un sistema de alcantarillado, un sistema de riego, deben ser decisiones tomadas con enfoque de derechos porque así serán parte de un proceso integral en donde la obra física no es la meta, sino un eslabón de una gran cadena par que una comunidad dé un salto importante en sus condiciones de vida, supere niveles de pobreza y en consecuencia, pueda vivir mejor. (María Cecilia Alvarado)