La migración contemporánea responde a razones más allá de las económicas o las individuales. Hoy en día los migrantes pueden ser perseguidos políticos, retornados o deportados, asilados políticos o refugiados ambientales. Lo que los define a todos es la falta de derechos en el tránsito, la llegada y la permanencia en los Estados establecidos que los acogen, aun cuando tienen un estatus migratorio legal porque los derechos universales se garantizan únicamente con la ciudadanía nacional. La falta de reconocimiento jurídico a través de la concesión de derechos provoca una serie de conflictos que van des-de manifestaciones y toma de lugares públicos hasta disturbios en las calles y actividades terroristas. ¿Qué derechos se deben reconocer a los migrantes para prevenir esta conflictividad sin entrar en debates futiles sobre la ampliación de la ciudadanía estatal? Mediante el estudio de dos regiones clave en la recepción de migrantes contemporáneos América del Norte y la Unión Europea esta obra propone la hipótesis de que la negación de derechos humanos a los sujetos migrantes conlleva conflictos de diversa índole. Y se aventura una propuesta de justicia global descolonizada con miras a que los derechos de las personas en movilidad sean un verdadero elemento que prevenga los grandes problemas que aquejan no sólo a los migrantes modernos, sino a las sociedades que los reciben.