JUAN RAYMUNDO MAYORGA CERVANTES
Diciembre de 2019 aún parecía lejano el momento en el que tendríamos que vivir o, más bien, sobrevivir a esta pandemia que hoy día parece no tener fin, modificando toda estructura a su paso, la enfermedad que ha arrebatado tantas vidas, abre el camino hacia la evolución y reconciliación con el entorno, desplazando las actividades cotidianas del ser humano hacia el interior de la vivienda. Hoy, a casi dos años de esta nueva forma de vida, la pandemia ha puesto en manos del arquitecto del siglo XXI la responsabilidad de crear una arquitectura flexible e inclusiva que permita la interacción de las actividades que se llevaban a cabo en el exterior de manera libre a un espacio limitado y afectado por los efectos del cambio climático. A través del presente documento se exponen las posibles acciones que permitan la interacción con el exterior sin padecer el confinamiento físico y mental en el que hoy día nos encontramos.